Punto de partida: Taranes
Tipo de recorrido: lineal
Distancia: 9,5 km
Tiempo estimado (sólo ida): 2,5 h
Dificultad física: media
Dificultad técnica: baja
Altitud mínima: 546 m
Altitud máxima: 1108 m
Desnivel acumulado: 814 m
Track ruta: Taranes - Vallemoro
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Ruta señalizada con marcas blancas y amarillas de PR AS-214.
Aunque hace ya años que nadie habita en Vallemoro, es uno de los pueblos ponguetos más visitados por los excursionistas debido al atractivo del recorrido y la localización inhóspita de la localidad.
El desarrollo de otras vías de comunicación dejó de lado este bello pueblo, que a pesar de su situación apartada tiene también salida hacia Infiesto por Espinaredo y hacia la zona pongueta de Cazo siguiendo el curso del río Semeldón. Trataremos estos recorridos en sucesivas publicaciones de rutas, de momento nos centramos en la más típica y accesible, desde Taranes.
Ponemos como punto de partida la iglesia de Taranes, un buen lugar para dejar aparcado el coche y ubicarnos desde el mirador; el valle y el pueblo de Tanda, el Tiatordos y la peña Soancio, la Foz de la Escalada, la peña Taranes y nuestro primer objetivo al norte, la collada Taranes.
La calle principal del pueblo por la que hemos llegado a la iglesia asciende hacia la parte alta del pueblo y enseguida vemos que el firme pasa de asfalto a hormigón, comenzamos la primera parte del recorrido.
Entre prados y cabañas de actividad ganadera ascendemos por la empinada pista de hormigón durante unos 3km y poco a poco vamos ampliando la panorámica del valle. Cuando llegamos a la collada la vista es espectacular; vemos Beleño, Cadenaba, el Recuencu, Peloño, Pico Pierzu y los Picos de Europa al fondo.
La pista de hormigón se acaba y comienza la pista de tierra con firme irregular. Con las paredes de roca caliza de la Llambria a la izquierda comenzamos la segunda parte del recorrido que nos lleva a la segunda collada, Llués. Esta parte, de unos 2,5 km, es un continuo sube y baja no muy exigente que discurre entre abundante vegetación a los dos lados de la pista.
Finalizamos este tramo al llegar a una campera con poca vegetación en la que hay varias cabañas y una fuente-pilón donde podemos refrescarnos. Estamos en la collada Llués y de nuevo nos sorprenden las vistas de la peña y el profundo valle del río Semeldón, hacia el que nos dirigimos.
Continuamos por la pista (tramo de hormigón de unos 2 km) cruzando la portillera que marca el comienzo del descenso hacia el río, adentrándonos en un frondoso bosque en el que predominan las hayas. Al poco tiempo, entre los árboles, ya podemos ver las casas de Vallemoro distribuidas en la empinada ladera opuesta del valle, junto a un cortado. Según descendemos, la sensación de aislamiento crece a medida que aumenta la belleza del paraje con la estrecha garganta del río Semeldón a la izquierda.
Una vez en el río, cruzamos el puente y ascendemos hasta Vallemoro, aún nos queda 1 km hasta lo alto del pueblo, final de la ruta. Se nos hace corto este tramo porque pronto empezamos a ver las casas, unas en mal estado y otras en rehabilitación no sin esfuerzo de sus dueños.
El conjunto arquitectónico de Vallemoro es muy singular y la belleza del emplazamiento indiscutible. Merece la pena un paseo entre las casas, testigos mudos de otras épocas y formas de vida rural.
La ruta descrita es muy recomendable para hacerla a pie. La distancia y el desnivel acumulado requieren buena forma física pero no hay dificultades técnicas que entorpezcan la marcha, nunca se abandona la pista principal.
En bicicleta de montaña es posible pero la dificultad física es muy alta, ya que las pendientes son muy fuertes y si el terreno no está seco las ruedas patinan demasiado.
Aunque Taranes y Vallemoro no están en cotas muy elevadas (sobre 600 m), cuando nieva abundantemente es posible hacer toda la ruta en esquís de travesía o raquetas, muy recomendable.
Otra forma ideal de afrontar el recorrido sería a caballo.